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Búsqueda poética:

“Nuestro desafío es convertir en acciones nuestras memorias más profundas.

Trabajo en favor del actor como ser humano capaz de crear la vida desde sus entrañas.

Busco un teatro que transforme el ritmo físico del espectador, lo involucre y despierte sus asociaciones, a través de símbolos y metáforas.” Eduardo Gilio. Libro Laberintos 1

Autor-Director

un teatro donde se reconocen elementos de la música, la danza, el cine

En la concepción de teatro de Eduardo Gilio, el director es el autor del espectáculo y el actor es un creador.

Las obras de Eduardo Gilio son creaciones propias, originales. Estimula a sus actores a crear. Selecciona y elabora los materiales que el actor propone. Teje la trama dramatúrgica siguiendo sus propias visiones y asociaciones. Captura los sentidos que emergen y los interrelaciona con los textos y música que él escribe, o compone.

Eduardo Gilio considera que el actor, debe ser un maestro en ejecutar su partitura. Defiende a ultranza el contenido y las motivaciones que el actor concibió. Exige una minuciosa precisión de sus actores.

Como autor y director teatral deja entrever su formación en el campo de la composición  de música electroacústica, dándoles a las acciones psicofísicas de los actores, un tratamiento similar al de los objetos sonoros. Su particular interés en la dinámica, el ritmo, el movimiento, hace reconocer en su obra, elementos de la danza. Establece una interdependencia entre materiales disímiles utilizando procedimientos del montaje cinematográfico. Decide los distintos parámetros de los materiales. Realiza la puesta en escena, el  vestuario y la iluminación. 

Los espectáculos del grupo Teatro Acción surgen como consecuencia de un riguroso trabajo en el campo de la técnica, del énfasis puesto en la investigación de los procesos creativos y de la experimentación a partir de diversos procedimientos de montaje.  Cada espectáculo es el resultado de un extenso período de búsqueda e investigación.

Actor-Creador

Los integrantes del grupo componen y elaboran materiales, a partir de estímulos precisos que reciben de Eduardo Gilio. Buscando una conexión profunda con su mundo interno, trabajan para plasmar sus memorias, imágenes y motivaciones personales, en acciones que funcionen en escena. Memorizan sus materiales con precisión, y aprenden a mantener para siempre el contenido propio y particular que los originó, capaces de adaptarse al montaje que creará el autor, sin perder su impulso vital y su esencia.

Un Teatro Nuevo necesita un Actor Nuevo

La formación de los actores del grupo

Las personas convocadas por Eduardo Gilio a integrar el grupo, participan de los espectáculos sólo luego de una intensa etapa de aprendizaje, que requiere despojarse de los postulados de la formación teatral convencional, acceder a una nueva lógica y encarnar los principios de una forma diferente de composición. Abandonar la idea del actor intérprete, para convertirse, en lo que él define como Actor Creador. Como maestro de actores Eduardo Gilio es quien los guía en ese camino, les enseña su técnica y los estimula a crear. Paralelamente promueve que sus actores realicen un entrenamiento psicofísico y vocal.

 

Entrenamiento

Cada actor realiza un intenso entrenamiento, entendido como espacio de ejercitación técnica, investigación, crecimiento personal, autoconocimiento, autodisciplina, de resistencia y de comunión grupal. Realizan ejercicios específicos, creados por el director y los integrantes más experimentados, originando un espacio de búsqueda permanente, de riesgo, donde desprenderse de lo conocido y ser capaces de crear el vacío. Por medio de ejercicios, el director busca que cada actor trabaje sobre sí mismo como artista y como ser humano.

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